La Plataforma de la Unión Europea para el lobo en Ávila presentó ayer a la Junta de Castilla y León las conclusiones obtenidas a lo largo de un año de trabajo para buscar soluciones consensuadas en torno al conflicto del lobo y la ganadería extensiva en esta provincia.

La reunión se ha celebrado en la sede del Servicio Territorial de Medio Ambiente de Ávila con la presencia de los ganaderos, científicos, ecologistas, cazadores y propietarios que han participado en el proceso.

Las acciones seleccionadas por la Plataforma de Ávila incluyen la mejora en el pago de daños, divulgar la importancia de la ganadería extensiva en la conservación de la biodiversidad, mejorar la comunicación entre las administraciones de medio ambiente y ganadería para habilitar los fondos europeos de desarrollo rural y aumentar la eficacia de los métodos de protección al ganado con un asesoramiento técnico, entre otras.

También se ha tratado el control letal del lobo, incidiendo en que se requieren criterios más definidos para determinar en qué circunstancias se debe aplicar. En este aspecto la Directiva europea de Hábitats exige emplear técnicas de prevención de daños al ganado y otras medidas no letales antes de recurrir al control de la población de lobos.

Las recomendaciones se han analizado, debatido y finalmente acordado a lo largo de siete reuniones muy participativas entre los distintos sectores sociales. Y es destacable que, aunque no han estado exentas de emociones, se han caracterizado por su espíritu respetuoso y constructivo, constituyendo un modelo de participación para otros territorios.

UNA PLATAFORMA EUROPEA PARA BUSCAR SOLUCIONES

La Plataforma del lobo en Ávila se puso en marcha a finales de 2018 para decidir una serie de acciones consensuadas por los distintos actores relacionados con el lobo y para reducir los conflictos sociales en torno a la especie en la provincia.

Esta plataforma forma parte de una iniciativa de la Unión Europea que en la actualidad se está desarrollando en paralelo en seis países, entre ellos España, para poner en práctica actividades piloto que sirvan como modelo en otros contextos, y mostrar que el enfoque participativo, en determinadas circunstancias, puede ser eficaz para conciliar los aspectos ecológicos y sociales de la conservación de osos y lobos, teniendo en consideración las emociones y valores de las comunidades locales, y promoviendo procesos de responsabilidad compartida para decidir y ejecutar las acciones necesarias con el mayor consenso posible.