Huele a tinta de Toro para despedir la Fiesta de la Vendimia y cientos de personas no se han querido perder durante la jornada de hoy uno de los momentos más esperados y que mayor admiración genera entre toresanos y visitantes.

Carros engalanados a la antigua usanza, bailes tradicionales y trajes típicos para regresar así a principios del siglo XX con todo lujo de detalles. Todos los utensilios y la indumentaria con los que se realizaban las labores de vendimia tiempo atrás han estado presentes, además de ofrecer al público vino, pan, embutidos, queso o torreznos.

Un desfile lleno de vida que ha escenificado a la perfección como cada año en sus dieciséis ediciones la forma de recoger la uva de los viñedos hace más de cien años y en el que la protagonista ha sido la tinta de Toro, el producto estrella de la zona.

En él han participado carros llegados de todos los pueblos del alfoz de Toro e incluso de alguna ciudad más lejana interesados en esta Fiesta de la Vendimia declarada de Interés Turístico Regional desde el año 2003.

Pero las miles de personas presentes en Toro durante la jornada también han podido viajar mucho más atrás en el tiempo para meterse de lleno en la Edad Media, y es que mercaderes, trovadores, zancudos, bufones, malabaristas, cetrería y música medieval han vuelto a convertir Toro en una ciudad única y llena de vida que no deja de sorprender.